Spoiler: No todo es tan fácil
Vamos a ser honestos contigo: la idea de emprender con tu amigo/a suena tan maravillosa y emocionante como una tarde de verano con helado en mano. Pero, antes de que se emocionen con la idea, hagamos una pausa. Piensen, ¿alguna vez intentaron cocinar juntos en un espacio súper pequeño? Todo empieza bien, hasta que alguno derrama la salsa y el sueño gourmet se convierte en un desastre culinario. Emprender es un poco así: hay que tener cuidado de no arruinar la amistad en el proceso.
Primero, pensemos en la amistad y el trabajo. Es hermoso trabajar con alguien en quien confiamos, pero el trabajo ¡pone a prueba cualquier relación!. Hay días donde los plazos se acercan , la presión aumenta (los famosos “deadlines”) y surgen críticas que te hacen sentir como si estuvieras en un examen sorpresa. Les hago una pregunta: ¿serán capaces de manejar las diferencias de opiniones sin que eso afecte su amistad?
Discutir, por ejemplo, sobre el enfoque de marketing no significa que tu amigo/a piense que tus habilidades son tan útiles como un paraguas en el desierto. Simplemente están ajustando la estrategia. ¿Un consejo?: no tomarse las cosas de manera personal, entender que el otro está hablando desde lo laboral es fundamental para no arruinar la amistad.
Luego está el tema de las expectativas y los límites, algo así como cuando decides hacer un roadtrip con un amigo: al principio todo es diversión y risas, pero de repente, uno quiere cantar a todo volumen y el otro prefiere el silencio.
Trabajar juntos nos obliga a compartir responsabilidades y no siempre es tan sencillo como parece. ¿Quién se encarga de qué? Si no somos claros, uno podría terminar haciendo el doble de trabajo y antes de que te des cuenta, estarás molesto por las tareas que no hiciste y también porque estará usando tu silla favorita. ¿Otro consejo? Saber cuándo y cómo poner límites. Porque, aunque suene muy bonito la idea de “trabajar juntos”, respetar el espacio personal y los tiempos es lo que permite construir un equipo saludable y que no termine en un desfile de malentendidos.
Ahora, ¿qué pasa si las cosas no salen como esperaban? Seamos realistas, a veces lo que empieza con mil ideas brillantes puede terminar en un caos de correos, mensajes sin responder y más salsas derramadas. De nuevo: ¿Serán capaces de sentarse a hablar sin que uno de ustedes se ponga a revisar las últimas fotos de sus vacaciones para evadir la conversación? Aquí es donde entra la verdadera prueba de fuego, ese que realmente vale la pena: cuando las cosas parecen no funcionar. Si logran reírse de todo lo que salió mal, dar un paso atrás y decir : «Ok, esto no salió como queríamos, pero lo pasamos”, significa que hicieron un verdadero trabajo en equipo. Y eso, de verdad (creánlo), vale más que cualquier premio de «emprendedor del año».
Vamos finalizando: las amistades son maravillosas, sí, pero no alcanza con tener una buena amistad y esperar que todo fluya como un cuento de hadas. Las risas, las anécdotas y los buenos momentos son parte del trato, pero no olvidemos que las tensiones, las críticas y los desacuerdos también ¡estarán a la orden del día!. Háganse esta pregunta: ¿lo que están buscando es realmente trabajar porque les motiva el proyecto o simplemente es una excusa para pasar más tiempo juntos?
Último consejo: La idea de trabajar con un amigo/a que sea siempre una elección consciente.